viernes, noviembre 14, 2008

Strigiformes de Sagua La Grande

-
(Lechuzas, Buhos, Siguapas, Cárabos, Cotuntos)


Familia: Tytonidae

LECHUZA COMUN (Tyto alba furcata). Residente. Mide 38 centímetros. Son de un color blanco amarillento. Colectadas en Mamey, Mogotes de Jumagua, Lomas del Purio, y Río Sagua. Reportes visuales en toda la región sagüera (Calabazar de Sagua, Isabela de Sagua, Sitiecito, Cifuentes, Quemado de Güines, Rancho Veloz, Corralillo, Motembo).

La lechuza Tito alba furcata es abundantísima en las cuevas de El Mogote (Jumagua) en las cuales pueden verse numerosos nidos en lo alto de los farallones, pero incluso en cuevas menos visitadas las he encontrado en farallones más bajos al alcance de la mano. Como esta especie regurgita los bolos alimenticios que no pueden digerir, nos resulta muy sencillo
rebuscar entre esa red de huesos y pelos para darnos cuenta de cual es la fauna que esta consume, siendo curioso señalar que, a pesar de encontrar restos de ratones en todos las egagrópilas de El Mogote, el corto radio de caza de cada una de ellas identifica muy claramente la cueva; por ejemplo en los nidos de Cueva del Murciélago y Cueva del Abono se ven porcientos mayores de golondrinas y murciélagos que en las de Cueva del Agua donde abunda la Rana Toro entre estos restos óseos de los nidos, y en las solapas y cuevillas de la ladera norte o Ciénaga vemos otras aves que no encontramos en los anteriores.

Recientemente (1974) identificamos restos de arrieros, negritos , y otras aves que abundan en esta ciénaga de la ladera norte, así como lo que me ha parecido alguna osamenta de lagartijas. En las cuevas de las laderas Sur también es mayor el porciento de restos de insectos (coleópteros) que los de la ladera norte lo cual nos indica un patron muy interesante en el comportamiento de nuestra lechuza jumaguense.

LA LECHUCITA “GASPAR”. Un ejemplo de adaptación y domesticidad lo experimentamos con un pequeño ejemplar de la especie Tyto alba furcata (Lechuza) el cual criamos casi desde su nacimiento cuando lo traímos de un nido en unas de la cuevas de El Mogote. Se adaptó perfectamente al improvisado nido comiendo todo tipo de alimento con la ayuda de una pinza. Durante su crecimiento mostró ser una excelente mascota siendo acariciada por los niños del barrio sin mostrar las más mínima agresividad. Gran parte del tiempo permanecía en mi hombro mientras yo escribía este libro o estudiaba. Gaspar, como le llamábamos fue siempre la mascota de mi pequeña hija Maritcita, siendo paseado en su cochecito de muñecas por las calles de Sagua sin que Gaspar ocasionase el más mínimo problema. Claro que la gente no podía creer que la niña paseara a su lechuza como si tratara de un gato.

La superstición tradicional ha discriminado a esta bella ave considerándola como “ave de mal agüero” (que anuncia o presagia desgracias) y solo su chillido nocturno al pasar sobre el tejado de una casa provoca la santiguación de todos los miembros los cuales pronuncian a la vez: “solavaya…a mi casa no vaya”, refiriéndose a la muerte u otra desgracia. Como resultado de esta superstición, la lechuza común es un ave rechazada por la sociedad. Aunque esta repulsa popular la beneficia en cierto modo al no ser cazada por “el temor a las desgracias” por otra parte le perjudica la poca atención o interés hacia su protección natural, brindándose prioridad a especies más atractivas .

Es una curiosidad señalar que una gran lechuza volaba muchas noches sobre nuestra casa y se posaba en el tejado dando largos gritos que para los vecinos resultaban espeluznantes. He llegado a pensar que se trataba de la madre de Gaspar que sospechaba su presencia en mi casa y le traía bocados que yo encontraba al día siguiente, pero ¿desde El Mogote hasta mi casa le pudo seguir el rastro?. Gaspar, nuestra lechucita, creció y voló de ida y vueltas en muchas ocasiones, pero hace solamente unos meses se alejó para siempre hacia su verdadero medio ambiente, no pierdo las esperanzas de encontrármela algún día por Jumagua y volverle a entregar un amistoso bocado en su pico.


CARABO (Asio flammeus flammeus). Residente. Mide 38 centímetros. Es muy parecida a Tyto alba en tamaño y forma pero más oscura con ojos y pico más concentrados. En nuestra región la lechuza “Cárabo” es menos abundante que la lechuza común Tyto alba en una relación de 10 a 1, pero aunque en pocas cantidades a veces la vemos por El Mogote y otros montes de la región. En 1973 la observamos en Corazón de Jesús.(Ver: Capítulo)

Familia: Strigidae

SIGUAPA (Asio stygius siguapa). Endémico. Mide 43 centímetros. Mantiene aún el nombre que le dieron nuestros indios. No es muy común ver a una Siguapa y solo los que estamos en el monte al acecho con prismáticos hemos tenido esta dicha de verla en varias ocasiones, claro que los campesinos sí la ven “y sienten” con más regularidad y la consideran un ave de mal agüero; algunos le dicen “Buho” para diferenciarla de la Lechuza, pues esta es de un pardo muy oscuro y la caracterizan “dos penachos de plumas” sobre la cabeza que dan la idea de un par de orejas grandes. La hemos visto en el camino que bordea a los Mogotes por el lado norte en varias ocasiones, también en nuestros campamentos en las lomas del Mamey y en algunas exploraciones por diferentes campos de Encrucijada, Mata y San Diego del Valle. En los Mogotes de Jumagua existe la leyenda de una “Siguapa Gigante” (Ver: “Mitos y Leyendas del Mogote”).

SIJU PLATANERO (Glaucidium siju). Endémico. Mide 18.5 centímetros. Es la Lechuza más pequeña de las Antillas (18 centímetros) llamada así por frecuentar los platanales, “no por comer plátanos”, pues su alimento consiste en insectos y lagartijas. En ocasiones se ve alguna en nuestros patios de Sagua y son communes (pero no abundantes) en los bosques de El Mogote, Mamey y río Sagua La Grande. Su color general es pardo oscuro con ojos amarillos. En mi colección tengo un ejemplar disecado que me fue donado recientemente por un muchacho del barrio el cual cazó en el río. Lo hemos observado además en El Purio (1973) y Lomas del Horizonte (1974). Se caracteriza por girar su cabeza completamente mostrando hacia el frente las dos manchas de su nuca que dan la impesión de ojos. Son diurnos y nocturnos. Los aborígenes le decían “Sijú Cuyaya”.

SIJU COTUNTO (Gymnoglaux lawrencii). Endémico. Mide 21.5 centímetros de longitud, siendo un poco mayor que el Platanero (que mide solo 18 cms). Su color general es pardo oscuro con ojos oscuros. Lo hemos encontrado en el interior de las cuevas del Mogote en varias ocasiones y por lo tanto lo hemos incorporado al catálogo bioespeleológico de la región. Nunca habíamos intentado capturarlo hasta que recientemente (1982) nos donaron un ejemplar proveniente de El Mogote. Los aborígenes le llamaban “Sijú Cucuba”.

Cueva del Campamento, antesala de la Cueva del Laguito donde colectamos la primera lechuza de los Mogotes de Jumagua.




-
-



No hay comentarios:

Revista "El Undoso"

Revista "El Undoso"

Revista "El Undoso"

Revista sagüera publicándose mensualmente desde 1970.

Para subscribirse a la revista debe llamar a:

Raimundo "Napoleón" Quintero (305) 383-9416

Y para comprar un TOMO, que reune las revistas de un año completo:

Don Juan Barturen: (305) 266-5031 (6865 SW 19 St, Miami FL 33155)

Revista "El Sagüero"

Revista "El Sagüero"

Revista "El Sagüero"

La revista "El Sagüero" se puede pedir gratis desde cualquier parte del mundo (incluyendo a Cuba, claro está) al siguiente correo:

Revista El Saguero, 3672 SW 25 St, Coral Gables, FL 33133, U.S.A.

Por favor, un solo ejemplar por pedido

Programación en Español del Canal 17

Programación en Español del Canal 17

Colecciones

Colecciones
Museo privado

TODOS LOS LUNES POR EL CANAL 17

TODOS LOS LUNES POR EL CANAL 17
Producido por PBS